El gruñido y otros poemas. Enrique Solinas
(RUINAS CIRCULARES 2011) facebook: Patricia Bence Castilla,
I
En un sueño prohibido que todavía flota en el espacio,
universo de espejos en donde un globo rojo
resalta en la oscuridad,
y en un cielo de cuerpos donde una oveja
corre tras el rebaño que la persigue
y así,
en tiempo indefinido,
el rebaño no alcanzará a la oveja
ni la oveja alcanzará al rebaño;
ni el sueño
–como barco sin nombre–
encontrará algún puerto,
ni el globo rojo dejará de multiplicarse.
Y puede ser un hospital enfermo
donde me encargo de limpiar
lo imposible.
Y pueden ser
las calles sucias de un hospital,
las veredas contaminadas.
En un sueño confuso donde el amor y el odio celebran una fiesta y en un sueño muy nítido donde el amor y el odio ríen un funeral,
existe alguien,
alguien que dice
una palabra:
ángel partido en dos que aumenta la distancia entre el significado y el objeto. No hay unión. Hay un mostrar el Caos como forma de Orden, un despliegue de cartas que el destino marcó y unos dados que ruedan incesantes a la espera del número perfecto.
Una palabra,
alguien que dice:
aquí empieza el camino donde caminarás el lenguaje de la furia,
donde tu sed querrá beber de la rosa más alejada,
donde tu cuerpo conocerá otros cuerpos y no conocerá,
donde todo lo imposible es
la realidad del mundo
y se edifican paredes
para ir más allá
del pensamiento.
En un sueño prohibido que todavía flota en el espacio,
universo de espejos en donde un globo rojo
resalta en la oscuridad,
y en un cielo de cuerpos donde una oveja
corre tras el rebaño que la persigue
y así,
en tiempo indefinido,
el rebaño no alcanzará a la oveja
ni la oveja alcanzará al rebaño;
ni el sueño
–como barco sin nombre–
encontrará algún puerto,
ni el globo rojo dejará de multiplicarse.
Y puede ser un hospital enfermo
donde me encargo de limpiar
lo imposible.
Y pueden ser
las calles sucias de un hospital,
las veredas contaminadas.
En un sueño confuso donde el amor y el odio celebran una fiesta y en un sueño muy nítido donde el amor y el odio ríen un funeral,
existe alguien,
alguien que dice
una palabra:
ángel partido en dos que aumenta la distancia entre el significado y el objeto. No hay unión. Hay un mostrar el Caos como forma de Orden, un despliegue de cartas que el destino marcó y unos dados que ruedan incesantes a la espera del número perfecto.
Una palabra,
alguien que dice:
aquí empieza el camino donde caminarás el lenguaje de la furia,
donde tu sed querrá beber de la rosa más alejada,
donde tu cuerpo conocerá otros cuerpos y no conocerá,
donde todo lo imposible es
la realidad del mundo
y se edifican paredes
para ir más allá
del pensamiento.
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